Veranos más calurosos, precipitaciones escasas, aumento de las temperaturas que causa el deshielo de los polos, nubes de contaminación que cubren los cielos en los núcleos urbanos, fenómenos meteorológicos extremos… Todo esto es algo a lo que en los últimos años nos estamos enfrentando de forma diaria. Se trata de algunas de las consecuencias más directas del cambio climático que se extiende aceleradamente.
El cambio climático es un problema medioambiental que afecta a todo el planeta y que se debe, sobre todo, al calentamiento global que se produce a causa de las emisiones de gases contaminantes que se generan en las actividades humanas. Si estas emisiones no se controlan ni se reducen, las consecuencias del cambio climático serán irreversibles.
Pero este no es solamente un problema para el medio ambiente, sino que también afecta directamente a la sociedad y a la economía mundiales. ¿Qué nos ha llevado a enfrentarnos a esta situación?
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Causas del cambio climático
Los responsables inequívocos del cambio climático somos los seres humanos. Las continuas emisiones de gases de efecto invernadero están llevando a que la temperatura del planeta aumente a unos niveles muy superiores a lo que lo haría de manera natural. Algunas de las actividades en las que más CO2 y otro tipo de contaminantes se generan son la industria, el transporte y las prácticas agrícolas y ganaderas.
En el desarrollo de estas actividades se queman toneladas de combustibles fósiles como el petróleo o el carbón, para con ello obtener electricidad u otros tipos de energía.
Pero no solamente se debe a la quema de esos combustibles. La deforestación acaba cada año con miles de hectáreas de selvas y bosques que gracias a la fotosíntesis absorben el dióxido de carbono para devolverlo a la atmósfera como oxígeno.
Todo esto lo podemos englobar en una misma cuestión: nuestro modelo social y productivo está anticuado, y es el principal causante de la mayoría de gases que se emiten a la atmosfera, como el dióxido de carbono, el metano o el óxido de nitrógeno.
Soluciones al cambio climático
Del mismo modo que los seres humanos somos los responsables del cambio climático, de nosotros también depende controlarlo y conseguir disminuir sus efectos. Algo que es esencial para frenar la emisión de gases contaminantes es la reducción del empleo de los combustibles fósiles. Si se sustituyera por el uso de energías renovables que empleen recursos naturales, se lograría atenuar los efectos del calentamiento global (el efecto invernadero), ayudando también al desarrollo económico de los países.
Pequeños gestos diarios como el reciclado de envases en casa, no malgastar agua ni electricidad, o usar el transporte público en lugar del vehículo particular aportan un granito de arena que, en la lucha contra el cambio climático, es esencial.
Pero, sobre todo, es necesaria la colaboración internacional entre países para paliar este problema. Los acuerdos y los tratados globales son esenciales. El Grupo Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) se encarga de la investigación en los efectos que las actividades de las personas tienen en el clima, y en base a ello plantea soluciones que presenta a los países para actuar contra el cambio climático.
El cambio climático en 2050
Los diferentes estudios realizados determinan que si no se actúa de forma drástica e inmediata, los daños provocados por el cambio climático serán irreversibles en el año 2050. Los niveles del mar continuarán aumentando hasta provocar la desaparición de ciudades costeras, millones de personas enfermarán a causa de la contaminación, en las grandes ciudades la calidad del aire será cada vez peor, y los fenómenos climáticos serán cada vez más extremos.
Para no alcanzar escenarios similares a estos, debemos actuar ahora y conseguir frenar el cambio climático lo antes posible.