¿Qué tienen en común el agua de la ducha, la de fregar los platos, la de la lavadora o la del lavavajillas? Todas ellas las usamos a diario en nuestras viviendas, puesto que están destinadas al consumo humano y, además, han sido previamente calentadas. Este tipo de agua es la que se conoce como ACS o agua caliente sanitaria, y se le puede dar un uso tanto sanitario como de limpieza. El agua caliente sanitaria es, por tanto, agua potable.
Demanda diaria de ACS
Cada día se hace uso del ACS en los hogares y edificios. Tratándose de un servicio básico, su instalación es obligatoria en las viviendas de nueva construcción de multitud de países, entre los que se encuentra España. Además, El Código Técnico de la Edificación de nuestro país recoge que todas aquellas viviendas que estén siendo restauradas, también deberán incorporar una instalación de ACS.
El consumo del agua caliente sanitaria en los hogares españoles se sitúa entre el 20 y el 40% del gasto total, ya que para funcionar requieren de una gran cantidad de energía. Por ello, es importante buscar sistemas ACS cuyo funcionamiento no requiera del uso de energías fósiles, ya que estos emitirán contaminantes dañinos para el medio ambiente.
La mejor opción es la instalación de una placa solar de agua sanitaria
El funcionamiento de los sistemas de ACS es muy sencillo, consiste en transportar el calor almacenado en un acumulador hasta el agua, pudiendo calentarla y regularla a la temperatura deseada. Los módulos de agua caliente sanitaria se caracterizan por abastecer únicamente a los puntos del edificio que necesiten de su uso, con lo que no llegaría al agua del inodoro, por ejemplo.
Una de las alternativas al uso de combustibles fósiles para lograr los aumentos de temperatura en el agua es la energía solar térmica. Y, ¿cómo funcionan las placas solares de agua?
Placas solares de agua sanitaria y su funcionamiento
Gracias a la instalación de placas solares térmicas se puede obtener agua caliente sanitaria de una forma limpia y respetuosa con el medio ambiente, pues se emplea la energía proveniente del sol.
Los captadores solares planos son los tipos de paneles más usados en los módulos de agua caliente sanitaria. Estos pueden calentar el agua alcanzando unas temperaturas de hasta 60ºC, por lo que además de para el ACS, también se usan en piscinas climatizadas o en sistemas de calefacción. Son las placas solares más conocidas, y también las más baratas.
Acumulador de agua
Con la energía solar nos encontramos en ocasiones con una pequeña desventaja, y es que cuando es de noche o los días están nublados, no llega radiación solar que podamos capturar para convertirla, en este caso, en calor. Por esta razón, las placas solares de agua no solo incorporan sistemas de absorción del calor, sino también un acumulador que permite almacenar el agua caliente sanitaria para su posterior uso.
Como vemos, al agua caliente sanitaria es un servicio esencial que todos los hogares deben incorporar. Y, ¿qué mejor forma que hacerlo con una instalación que además de tener un coste reducido contribuya a frenar el cambio climático? Las placas solares de ACS son, sin duda, la mejor opción.